PABELLÓN UNIVERSITARIO

     El proyecto consiste en la ampliación de un edificio histórico que actualmente sirve como facultad de arquitectura. Esta tiene como objetivo crear un espacio multifuncional que será utilizado para exposiciones, talleres y como lugar de descanso entre clases.

     Los patios con arcadas eran comunes en esta parte de Polonia, como se puede observar en edificios como el Castillo Real en la colina de Wawel. La elección de arcos en esa época se debía a las limitaciones asociadas con el uso de ladrillos en los elementos estructurales. A diferencia de los dinteles de hormigon, el ladrillo requiere del uso de arcos para aprovechar las fuerzas de compresión, ya que debido a su naturaleza no puede trabjar a flexion. Aunque el Palacio en Łobzów oculta su estructura de ladrillo bajo el yeso, el uso deliberado del ladrillo en el edificio recién diseñado como elemento principal rinde homenaje al material de construcción original. En el espíritu de la sabiduría de Louis Kahn, que "a un ladrillo no le gusta ser pintado" y "al ladrillo le gusta el arco", el proyecto celebra las características inherentes de la mampostería. Centrarse en los arcos va más allá de la mera estética formal; se convierten en elementos estructurales integrales que dan forma a todo el edificio. Este enfoque, que enfatiza la comprensión y el uso de los materiales basándose en sus propiedades inherentes, proporciona una valiosa lección para los futuros arquitectos.

     Recientemente, el concepto de contexto ha sido abusado en la crítica arquitectónica, y los arquitectos han institucionalizado este concepto, utilizando una metodología de diseño basada en el análisis del entorno en el que se encuentra el proyecto. Para aquellos que practican tal método, la arquitectura se convierte en un simple resultado de este análisis: el edificio prácticamente surge dictado por el contexto. Entender la relación entre el lugar y la arquitectura de esta manera significa establecer un orden jerárquico que asegura la interacción armoniosa entre ambos. Usar los mismos materiales de construcción, emplear técnicas idénticas, siempre ha parecido la manera más respetuosa de coexistir con el contexto histórico existente. Pero el uso de materiales y técnicas de construcción cuasi-históricos, como arcos y ladrillos, no excluye la contemporaneidad de la forma arquitectónica, creando así un contrapunto que constituye la atracción del proyecto.